Abd-al-Aziz as-Saoud
En dedicatoria a M. Adila
No es nuestra
intencion ni lo permiten los limites de esta ponencia hacer una reseña
detallada de todas las vicisitudes por que atravesaron los moriscos antes y
después de su expulsion y destierro. El
tema de los moriscos fue objeto de mayor preocupacion para la investigacion
historica, su afliccion y su expulsion hizo desvelar los concienzudos en todas
las épocas.
En el año 2009 se
cumplieron cuatro siglos de la expulsion de los moriscos, durante el reinado de
Felipe III y por mandato real de 22 de septiembre de 1609, mas de un medio
millon de personas tuvieron que abandonar su tierra. Aquello fue un suceso
historico de gran complejidad.
Granada que era el
ultimo baluarte del Islam en el Andalus sufria todos los horrores de un sitio
que duro nueve meses, su rendicion no fue por medio de las armas, sino mediante
la promesa formal de una solemne capitulacion firmada el dia 21 de moharram de
897, el 25 de noviembre de 1491[1]
conforme a unas condiciones exigidas por el ultimo sultan Abu Abd-Allah de la
dinastia nazari, bajo juramento por la reina de Castilla, y que debian ser
respetadas por los Reyes Catolicos en una comunidad musulmana bajo soberania
cristiana. Entre otras cosas se acuerda a los moros de Granada su libertad, su
religion, su lengua, sus costumbres y usos, sus propiedades, sus leyes y
tribunales. Todas estas inmunidades se extendian a los conversos y a los hijos
de éstos, considerados en todo como musulmanes de origen. Todos los musulmanes
de Granada quedaban perpetuamente exentos del servicio militar, sin mas gabelas
y contribuciones ordinarias que las que habian impuesto los reyes musulmanes.
También, quedaban facultados para emigrar libremente allende el mar,
conservando sus propiedades y percibiendo sus rentas, sin que estas tuviesen
que pagar contribucion por razon de su destino. Los beneficios de esta
capitulacion se hacian extensivos a los moros de todo el reino que sometiesen
su territorio en el término de treinta dias, debiendo gozar de la misma
libertad, privilegios y franquicias.[2]
Violacion
de las capitulaciones :
Después de la
entrada de los Reyes Catolicos en Granada, dieron la sensacion de que cumplian
el tatado por algun tiempo, luego comenzaron una labor de conversion por
métodos pacificos. Para ello encomendaron a Fray Hernando de Talavera primer
arzobispo de Granada, la tarea de convertir a los mudéjares a la fe catolica.
En 1499 los Reyes
Catolicos visitan Granada y se asombran del aire tan musulman que aun persiste
en la ciudad, y deciden por ello encomendar al cardenal Jiménez de Cisneros,
que ya habia participado en la conquista del reino de Granada y que era el
confesor de los Reyes, la tarea de persuadir con mas dureza a la conversion. La
reina Isabel se valio de su confesor para el quebramiento de las
capitulaciones, el cual, no tardo en aparecer tal como era en realidad el peor
enemigo del islam y el verdugo del pueblo musulman.[3]
Pasado algun
tiempo, el Cardenal comenzo la conversion de los musulmanes, se puso
publicamente a predicar en las plazas y zocos el Evangelio, valiendose para
ello grupos adiestrados de monjes y monjas. Después empezo a llamar a los
principales alfaquies y sabios tratando de convencerles de estar en un error, dejandoles entrever los favores del
gobierno cristiano si abrazaban al cristianismo, y para acrecentar la influencia
de sus palabras hacia a los mas sensuales ricos exencion de deudas y
sobornos ; también hubo malos tratos fisicos a los que persistian en
conservar la fe del islam. Y no tardo en
profanar las mezquitas y los santuarios de los musulmanes entrando en ellos con
la cruz en la mano y poniéndose a predicar el Evangelio y a insultar al Profeta
Mohammad, violando de esta forma las capitulaciones de Granada. Aun mas, remato
su obra mandando recoger todos los libros arabes que habian en las mezquitas,
zaguias y otros lugares publicos y privados de
los musulmanes granadinos, y amontonandolos en la plaza céntrica de
Bibarrambla les prendio fuego destruyendo asi miles de manuscritos que trataban
de todas las ramas del saber humano.[4]
Alzamiento
morisco : motivos y repercusiones
La violacion de las
Capitulaciones de Granada ejecutada por el cuerpo clerical dirigido por el
cardenal Cisneros, fue la causa de la rebelion de los mudéjares quienes habian
sido obligados a dejar la ciudad de Granada para ir a instalarse en el arrabal
de Albaycin y en la sierra de las Alpujarras. Muchos moradores del Albaicin se
vieron estafados por como les estaba engañando los cristianos, ya que primero
les garantizaron que iban a poder seguir con su religion y después les obligaron
a que se convirtieran. Entonces comenzaron a protestar y a pedir la destitucion
del prelado, y como respuesta a estas quejas, Cisneros encarcelo a los moriscos
mas respetados. Pero el hecho palpable, es que el Cardenal obraba en violacion
flagrante de las capitulaciones por orden de la reina de Castilla, fuera ella
la que ordenara a su marido Fernando el Catolico a que aplastara « con
hierro y fuego » la rebelion de los moriscos en el Albaycin y las
Alpujarras.
En enero de 1500,
la muerte del aguacil de Cisneros fue la señal del alzamiento popular del
Albaicin, y se extiende por toda la sierra de las Alpujarras llegando hasta
Almeria y Ronda. El mismo rey Fernando el Catolico con un poderoso ejército,
tuvo que entrar en las Alpujarras imponiendo a los rebeldes terribles castigos.
Aquellos tuvieron que entregar sus armas y sus plazas fuertes, y pagar bajo el
nombre de farda una enorme contribucion de guerra, se confiscaron a favor de
las iglesias las rentas y propiedades de las mezquitas, y en pocos meses todos
los habitantes de la Alpujarra, los de Guadix, Almeria y Baza recibieron el
bautismo. No se creyo esto suficiente para estripar de raiz el culto musulman,
y se expedio en Sevilla el 14 de febrero de 1502 una Pragmatica calcada sobre
el edicto de expulsion de los judios. En ella se mandaba que todos los moros no
bautizados de los reinos de Castilla y Leon, mayores de catorce años los
varones, y de doce las hembras, emigrasen antes de terminar el mes de abril,
pero no al territorio de Africa y Turquia con quien se halla España en
guerra. Mas tarde un edicto de 17 de
septiembre de 1502, no les permitio emigrar sino a Aragon y a Portugal.[5]
Asi tuvieron que abandonar su pais aquellos quienes se negaron a abjurar de su
religion, y fueron desposeidos de todos sus bienes, especialmente en oro y
plata. Esta Pragmatica supuso un quebrantamiento de los compromisos firmados
por los Reyes Catolicos con el rey Boabdil en las Capitulaciones para la
entrega de Granada.
Los Reyes Catolicos, ya años antes, cediendo
a las exigencias del clero y al espiritu intolerante de sus gentes, habian
establecido en 1480 en Sevilla, en virtud de autorizacion del papa Sixto IV, el
tribunal de la Inquisicion, que destruyo por largo tiempo la felicidad de los
pueblos, que sofoco el genio y las luces bajo un odioso despotismo.[6]
El sistema Cisneros habia triunfado completamente, los Reyes Catolicos le
dispensaban todo su favor y reclamaban sus consejos.
En Valencia
comenzaron a formarse en escuadras los plebeyos, y armarse bajo el modelo de la
milicia efectiva, creada poe el cardenal Cisneros, y tomaron el nombre
de la santa germania, y proclamaron armarse contra los moros. La exasperacion
llega al mas alto punto y estalla en Valencia con violento tumulto, los frailes
recorren las calles con un crucifijo en la mano, predicando la guerra santa
contra los infieles. Los agermanados se derramaron por todo el pais, saqueando
y bautizando a las poblaciones moriscas.
En mayo de 1524 el
papa Clemente VII firmo una bula relevando al rey Carlos V de sus juramentos,
invitandole a ocuparse de la conversion de los moros de la corona de Aragon,
confiriendole el poder de reducir a esclavitud a los moros si se negaban a
abrazar el cristianismo.[7]
En abril de 1525 don Carlos I (Carlos V) decreto la legalidad del bautismo
forzoso que los agermanados habian impuesto a los moriscos en tiempo de las
germanias. Muchos de aquellos se refugiaron en la abrupta sierra de Espadan,
donde eligieron un reyezuelo Zelim Almanzor. En septiembre de 1526 las tropas
reales penetraron en la sierra derrotando a los sublevados, y se les hizo optar
entre la expulsion sin medios para vivir en otra parte y la conversion.
En el año 1526
desaparecieron en todas las provincias de España los signos exteriores del
islamismo. Los moros no fueron ya conocidos bajo este nombre, sino que en todos
los actos oficiales y en todos los documentos publicos se les llamo cristianos
nuevos o moriscos. Triste fue su condicion, la inquisicion tenia siempre fija
sobre ellos su ojo vigilante, como sospechosos de herejia.[8]
El rey Carlos I para
verificar el proceder de los moriscos en materia de religion, hizo convocar una
junta de trece miembros eclesiasticos y
legos, para fijar la suerte de los moriscosde Granada. Entonces se decidio que
la Inquisicion de Jaén se trasladase a Granadapara freno y terror de los
conversos. Aprobando el rey todos los articulos que le presentaba formulados la
junta, los convertio en ley el 7 de diciembre de 1526, mandando por una
pragmatica-sancion que dejasen la lengua, el traje y el apellido morisco, y
entre otras cosas, que a los partos de las moriscas asistieran matronas
cristianas viejas. Se mandaba también erigir en Granada, Guadix y Almeria
colegios para la educacion y enseñanza cristiana de los hijos de los moriscos.[9]
La prohibicion del lenguaje y del vestido arabe, se decreto en Valencia el 5 de
diciembre de 1528, y se extendio en enero de 1529 a los moriscos de Castilla.
La Inquisicion con
ese espiritu invasor que formaba el caracter distintivo de su existencia, se
hizo adjudicar el conocimiento de las causas por infraccion a este derecho,
como si el idioma arabe y los vestidos de hechura musulmana fuesen una herejia,
recogiendo el beneficio de las multas que por ellos imponia.[10]
En las primeras
cortes que celebro Felipe II en Castilla en 1560, prohibio a los moriscos el
sirverse de esclavos negros, el comercio de oro, plata y minerales en barra. En
1567 mando por un pragmatica-sancion prohibir la lengua arabe, trajes y
ceremonias de origen musulman. La abundante poblacion morisca de Granada (unos
doscientos mil) que habia sobrevivido a una larga serie de persecusiones y
emigraciones se hallaba a fines del año 1568 en una situacion limite : la
negativa de Felipe II a prorrogar el plazo de gracia concedido por Carlos I, la
malquerencia de las autoridades civiles y eclesiastecas, las crueldades de la
inquisicion y los inicuos despojos de tierras desembocaron en una rebelion que
durante mas de dos años devasto aquel reino en una guerra sin cuartel.[11]
A la cabeza del alzamiento se situo Fernando de Cordoba y Valor, que fue
proclamado rey bajo el nombre de Abén Humeya, por declararse descendiente del
Califato de Cordoba. Uno de sus coloboradores, Farax Aben Farax, fue nombrado
alguacil mayor del rey. En 1569 Abén Humeya fue asesinado, ocupando su puesto
como rey su primo Abén Aboo. La guerra que comenzo con incursiones y
emboscadas, sorprendio a Felipe II con la mayoria de sus tercios en los Paises
Bajos. En 1570, ante el grave aspecto que tomaba la guerra, el rey nombro como
capitan general de Granada a su hermanastro Juan de Austria, quien comando un
ejército regular traido de Italia y del Levante español, y que consiguio
sofocar la rebelion en 1571. El gobierno español respondio con una
medida : el destierro de los moriscos granadinos, se les expulsaba del
reino de Granada con el doble objeto de privar de apoyo a los sublevados , y a
mas largo plazo hacer perder sus signos de identidad a aquella minoria y a ser
posible asimilarla. Muchos de los casi cien mil expulsados, perecieron a causa
del agotamiento fisico y moral y de las enfermedades que no tardaron de
desarrollarse entre aquella lamentable multitud.[12]
El proyecto de
Felipe II era dejar el reino de Granada completamente libre de los moriscos, su
decision de expulsarlos del Reino adoptada en marzo de 1570, debio causar una
profunda consternacion en el pais. En los bandos publicados se invitaba a los
moriscos a que acudieran a las galeras, los que no lo hcieran dentro del plazo
fijado serian reducidos a esclavitud. Ante medida tan expeditiva, la mayor
parte de los moriscos acudieron sin prestar resistencia a los lugares
destinados para la deportacion.[13]
Expulsion de los moriscos de España :
A finales del
siglo XVI, se estima que la poblacion morisca en los reinos de España podria
oscilar entre los 270.000 y 500.000 personas. Se concentraban fundamentalmente
en el Reino de Valencia, donde se encontraba el segundo mayor
contingente y que representaba un tercio de la poblacion. En la Corona de
Aragon y en la meseta, los moriscos constituian alrededor de un 20% de la
poblacion, y se asentaban a orillas del Ebro y sus afluentes. En las dos
Castillas, Extremadura,Murcia y Andalucia, la presencia morisca era escasa,
salvo en lugares muy concretos como Hornachos, donde constituian la mayoria de
la poblacion. Los moriscos vivian en el campo en calidad de vasallos de los
señores nobiliarios, en condiciones mucho mas duras que la de los cristianos.
Los moriscos devinieron una masa objeto de toda clase de sospechas y de
imposible asimilacion. Subido al trono a los 21 años, Felipe III aborrecia a
los moriscos, a quienes su primer ministro el duque de Lerma, habia ya tratado
con dureza y prevencion, como conspiradores contra la seguridad del estado se
les pintaba especialmente por el clero. En 1602, el arzobispo de Valencia Juan
de Rivera, elevo un memorial al rey reclamando la expulsion de la raza
conversa. En el manifestaba que todos los moriscos eran apostatas, pertinaces y
incorregibles ; que las conspiraciones eran continuas, y se hallaba España
a su ruina como en los tiempos del rey Rodrigo. Una segunda memoria mas fuerte
todavia, volviendo a ponderar al rey la obligacion en que se hallaba de
exterminar a los infieles, haciendole ver las consecuencias de la conducta de
Carlos V y de Felipe II, que en vano habrian intentado convertir a hombres a
quienes deberian exterminar o expulsar como unico medio para limpiar el reino
de su perversa raza.
La pragmatica de
expulsion de los moriscos de Valencia, se formo en Segovia en julio de 1607.
Antes de ejecutarla, el duque de Lerma tomo todas las precauciones necesarias
para asegurar aquel golpe. Entonces la nobleza en cuerpo habla a Felipe III, le
pintan la ruina de sus propiedades, la pérdida inmensa que los monasterios y
las universidades van a tener, porque se sostenian con los censos que pagaban
los moriscos, y que ascendian a mas de doce millones. La voluntad del rey era
conocida. El 23 de septiembre de 1609, en las calles y plazas de Valencia sz
pregono la pragmatica de expulsion, en la que el rey apellidando herejes,
apostatas y traidores a los moriscos, decia que, en termino de tres dias todos
los moriscos y mujeres, bajo pena de muerte, habian de dirigirse para ser
embarcados a los puertos que cada comisario les señalasen, y que no se les
permitia sacar de su casa mas que los bienes muebles que pudieran llevar sobre
sus cuerpos.[14] A
partir del 30 de ese mes, fueron llevados a los puertos donde como ofensa
ultima fueron obligados a pagar el pasaje.
Expulsados los
moriscos de Valencia, se dio un decreto para expulsar los de Andalucia y Murcia
el 9 de diciembre de 1609, y otro el dia 18 de enero de 1610, los de Aragon por
el expedido en 27 de abril de 1610. Los moriscos se dejaron mansamente conducir
por los comisarios, que abusaron de tal modo de ellos, que hasta tuvieron que
pagar por el agua que bebieron en los rios y la sombra en la que se cobijaban
bajo los arboles.[15]
Los moriscos catalanes fueron también expulsados, los de Castilla, La Mancha y
Extremadura, aunque se hallaban mas confundidos con los cristianos viejos. Dos
poblaciones aisladas que habian sido exceptuadas aun fueron comprendidas en la
expulsion, se trata de los moriscos del Valle de Ricote, y del Campo de
Calatrava.
Es absolutamente
imposible determinar a punto fijo el numero de los moriscos que salieron de
España, los autores estan discordes, Escolano y el fray Guadalajara le fijan en
600.000 ; fray Jaime Bleda en 500.000 ; Salazar y Mendoza en 360.000.
Los calculos mas fundados son de que el numero mas aproximado fué el de un million, debiendo contarse los
que antes se habian fugado a Marruecos y los que habian perecido victimas del
salvajismo y la codicia de los soldados, muertos en los patibulos o sepultados
en los calabozos de la inquicision.[16]
Los efectos de la expulsion se hicieron sentir en el orden economico, en el
politico, y en el religioso.
Consecuencias :
La expulsion
de los moriscos tuvo funestas consecuencias para España, la pérdida de esta crecidicima
parte de su poblacion, por su numero como por su clase y la indole, que era
precisamente la de los agricultores, comerciantes e industriales, la poblacion
mas productoray la mas contribuyente. Durante las primeras décadasde la
expulsion se podian contemplar pueblos y términos enteramente abandonados o
semiabandonados. Se estima que en el momento de la expulsion un 33% de los
habitantes del Reino de Valencia eran moriscos, y algunas comarcas del norte de
Alicante perdieron practicamente toda su poblacion.
El cultivo del
azucar, del algodon y de los cereales, la cria del gusano de seda, quedo
enteramente abandonada en las fértiles campiñas de Valencia, Murcia y Granada.
La industria artesanal aragonesa perdio un mercado, sufriendo la
correspondiente contraccion. Las fabricas, de papel, de sedas, de paños que
tenian en los castillos, tuvieron que cerrarse porque no habituados los
cristianos a las artes y a la industria, miraban con desden y desprecio el
ejercicio de aquellas artes.[17]
Los nuevos colonos no tenian el amor al trabajo, ni ponian en las labores la
aficion que los antiguos propietarios del terreno.
Los señores
territoriales perdieron mucho de sus rentas, y España, falta de labradores, no
remplazo jamas los que perdio en la expulsion. El hambre se hizo sentir de una
manera horrorosa en el año inmediato de 1610. El clero vio perdidas gran parte
de sus rentas, los señores que vieron disminuir sus ingresos dificilmente
podrian hacer frente a sus compromisos creditarios, y los prestamistas
perdieron la posibilidad de recuperar su dinero. Disminuido considerablemente
el patrimonio de los nobiliarios, dejaron desiertos sus castillos, que fueron
el albergue de los ladrones. El robo se organizo y a su lado el contrabando,
como unas profesiones ordinarias.
Como medida de
politica y de seguridad para el Estado, en vano se buscara la justificacion en
las conspiraciones supuestas que forjaron los moriscos, de que les acuso el
arzobispo Rivera y que tanto hizo valer en el animo débil del supersticioso
Felipe III, la codicia de un ministro inepto como el duque de Lerma.[18]
Animados los
moriscos del mas profundo odio contra los cristianos, tratados de la manera
horrorosa en los momentos de su expulsion, muchos de ellos se dedicaron a
ejercer el corso, recorriendo con preferencia las costas de España. Los
moriscos arrojados de su patria, se dispersaron en gran parte sobre las costas
de Africa. Las familias mas importantes se refugiaron en Marruecos, donde
encontraron correligionarios dispuestos a secundar sus deseos de venganza. Alli
se establecieron y fundaron ciudades, entre otras Tetuan.
[1] Nuestro estimado el ilustre historiador Ibn Azzuz
Hakim, nos facilito el texto del Tratado figurado en el documento titulado
Capitulaciones generalespara la entrega de Granada. Co. Do. In. T. VIII,
pag.421. Pat. Real, Madrid.
[2] José Muñoz y Gaviria, Historia del alzamiento de los
moriscos, su expulsion de España y sus consecuencias.., Madrid, 1861, p. 30.
[3] Ahmed Barhun (alfaqui), manuscrito editado por el
historiador Ibn Azzuz Hakim, Tetuan, 2002, p. 59.
[4] Ibidem, p. 61.- Muñoz y Gaviria, Op. Cit., p. 41.
[5] Muñoz y Gaviria, p. 56.
[6] Ibidem, p.34.
[7] Ibidem, p. 88.
[8] Ibidem, p. 101.
[9] Ibidem, p. 105.
[10] Ibid, p. 108.
[11] Antonio Dominguez Ortiz, Moriscos : la mirada de
un historiador, Granada, 2009, p. 27.
[12] Ibidem, p. 28.
[13] Nicolas Cabrillana Ciézar, Rebelion, guerra y
expulsion de los moriscos de Almeria (1568-1571), Cuadernos de la Biblioteca
Española de Tetuan, junio-diciembre 1976, n° 13-14, p. 56.
[14] Muñoz y Gaviria, Op. Cit., p. 168.
[15] F. Marco de Guadalajara, Memorable expulsion y
justisimo destierro de los moriscos de España, Pamplona, 1613, p. 136.
[16] Muñoz y Gaviria, Op. Cit., p. 185.
[17] Ibidem, p. 187.
[18] Ibid, p. 189.