lunes, 23 de marzo de 2015

La imagen de España en la Historia marroquí de los siglos XVI, XVII y XVIII.



Abd al-Aziz, as-Saud:  La imagen de España en la Historia marroquí de los siglos XVI, XVII y XVIII. Imprenta Al Khalij al arabi, Tetuán, 2009. 117 pp.
            En la portada “oleo en la pared de gallegos” refleja una estampa costumbrista española. Destello solo de una idea efímera sobre el contenido de este original trabajo.
El autor, el hispanista Abd al Aziz as-Saud es un reputado historiador tetuaní, doctorado por la Universidad de Rabat, escritor, conferenciante y articulista  sobre las relaciones hispano-marroquíes.
Dos razones para recomendar este libro; una, la de ser primigenio en su género. A la abundante historiografía hispana sobre Marruecos, especialmente referida a la Zona del Protectorado español  no le corresponde tal fertilidadpor parte de autores del país vecino,de suerte que, según palabras del afamado historiador Ibn Azzuz Hakin, prologuista, se “ trata de un tema no abordado por ningún otro historiador marroquí”. La segunda, es su accesibilidad para el lector español, ya quela obra está escrita en nuestro idioma,  esto con ser meritorio no es lo más significativo, sirve de marco al  contenido, basado en fuentes primarias escritas por embajadores, cronistas o viajeros marroquíes, algunas han sido publicadas en francés,  el resto son traducidas con natural soltura por el autor, estas pertenecen a: el historiógrafo Al-Ifrani, el visir y consejero real Al-Fichtali, los ministros y embajadores; Al-Gassani, Al-Gazzal e Ibn Utman y al también historiador, que se dirigió a Madrid como embajador Al-Zayyani.
El prólogo , realizado por el maestro de historiadores Ibn Azzuz Hakin a quien el autor dedica el libro, va seguido de un preámbulo de Abd al-Aziz as-Saud, ambos  esclarecen y justifican el fin de la obra delimitando el objeto, que no es un exhaustivo análisis de las fuentes primarias reseñadas, sino un relato sobre la percepción que de algunos aspectos de la Monarquía Hispánica tuvieron viajeros marroquíes instruidos: El libro se introduce con una breve, pero atrayente, sinopsis referida a los autores y a las ediciones de las obrasreseñadas, y sus referencias en los estudios españoles y franceses,  la visión crítica de Abd al-Aziz as-Saud sobre las opiniones que sus compatriotas tuvieron de nuestro país es única en su género, de ahí la originalidad del trabajo.
El libro está dividido en cinco capítulos y un apartado de conclusiones, los índices onomástico y general están precedidos de un glosario muy interesante para los historiadores del Derecho y de la Administración Pública, porque en él se recogen los principales vocablos marroquíes de origen árabe u otomano, muchos aclaran las competencias de  oficiales e instituciones. La bibliografía básica contiene una valiosa relación de fuentes marroquíes originales, hispanas y otras referencias generales .
Descubrimos la fascinación que embargaba a los embajadores marroquíes especialmente al contemplar las tierras y ciudades andaluzas, Toledo o Madrid [1], un embajador de Myley Ismael en viaje a  la Corte de Carlos II, desu paso por Toledo escribió; “¡Quiera dios devolverla a los musulmanes!, pensamiento del que emana una gran añoranza.  La historiografía española sobre el país vecino no refleja embrujo,  en cambio trata sobre los problemas bélicos, como la actividad corsaria, los cautivos, la toma y defensa de plazas  a  ellos dedica el autor el capítulo I, y enlaza a modo de relato con la Historia de Marruecos continuada en el Capítulo II; los encuentros y desencuentros (estos más numerosos, no cabe duda) de las monarquías Hispana, portuguesa y marroquí, las alianzas varias frente al enemigo común; el turco y, un deseo compartido, la supremacía en el Mediterráneo.
En el capitulo III, con un método entre relato y descripción propia de la ciencia histórica marroquí de los siglo XVI y XVII, centra el análisis en el materia principal del trabajo, la visión de España vista por importantes personajes marroquíes, desde los ocho volúmenes del manuscrito de Al-Fashtaly,  que toma como punto de partida la primera derrota de los españoles frente a los ingleses en el mar, narra hechos, elogia a sus protagonistas y opina sobre ambos. La búsqueda de alianzas contra el peligro turco, mientras, por tierra las escaramuzas y algo más en territorio ceutí son una línea continua.
Las relaciones Hispano-Marroquíes en los albores del siglo XVII ocupa un importante capítulo en la obra del gran historiógrafo Al-Ifrani , la guerra civil en Marruecos y el campo de batalla en los Países Bajos hicieron que se perdiera el interés en los enfrentamientos mutuos, pero con la nueva dinastía de los alauíes la relaciones volvieron al punto de partida.
El ilustre az-Zayani  visitó Málaga en su viaje a Estambul, y la calificó, como “la más hermosa de occidente” y  habla de las “grandes capitales del Al-Ándalus”, como; Granada, Elvira,Almería, Córdoba, Valencia, Cartagena, Toledo, Madrid… maravillosa, próspera, enorme, poblada…son algunos de los calificativos que les atribuye. La obra contiene acontecimientos referidos a España sobre diferentes temas,  en particular, delegaciones, guerras y asedios.
El capítulo IV está dedicado a los escritos de diplomáticos en la Corte española, con géneros literarios heterogéneos describen la firma de tratados bilaterales que establecen la paz y tregua en el mar, frente a enemigos comunes, pero la lucha en la tierra, siempre  viva, que colleva el necesario canje de cautivos, fueron los principales motivos de las embajadas y comentarios de; Al-Gassani, Al-Gazzal y Ben Otman Al-Meknasi  que recorren una centuria de la política española desde finales del siglo XVII.
El último capítulo  presenta otro tipo de viajero más observador de la vida, la religión, inquisición,  dinastía y costumbres españolas, especialmente de interés resulta las observaciones sobre la calidad y funcionamiento de los servicios públicos, como el sistema de beneficencia,  hospitales “limpios y provistos de todo los necesario”,  obras públicas, correos, la seguridad de los caminos o el proceso de modernización de la Marina y la Real Hacienda. Siempre subrayando un embrujo no exento de nostalgia, no era para ellos una tierra nueva, sino la tierra de sus antepasados expropiada por los cristianos.
Concluye el autor insistiendo  en que con éste trabajo no se hace un vaciado exhaustivo de Archivos,  pero es una llamada de atención a esa parte de la historiográfica que no ha cuestionado la visión que tuvieron y tienen los marroquíes sobre España. Pone de manifiesto que el conocimiento de las relaciones que han marcado la Historia de nuestros países  puede contribuir a un mejor y necesario entendimiento de presente y futuro.
Mª Soledad Campos Díez


[1]Campos Díez, María Soledad; La imagen de Castilla-La Mancha en los viajeros de la Monarquía Hispánica, en La Monarquía de España y sus visitantes, siglos XVI al XIX. Consuelo Maqueda (editora), Dykinson, S.L., Madrid, 2007, p.208.